Queridos, qupuedo decirles, despus del grito de guerra, hoy la ciudadha sufrido la irrupcin del kitsch. Venta de banderitasy fotos panormicas con las torres dominando el perfilde Manhattan; pisapapeles de plstico con tres patticosedificios dentro como los Pap Noel a los que les cae nievede tergopol encima, siempre la misma cajita abovedada, siemprede noche, siempre azul, siempre la nieve. Prendedores y escarapelasy camisetas impresas God Bless America. El otro lado de esta ciudad,de su pobreza: hispanos, chinos, hombres negros con mesas en lacalle vendiendo cualquier cosa que pase por smbolo nacional,mujeres con nenas saltndoles encima extendiendo al pasocintitas tricolores y en la falda una bolsa llena de los dlaresrecaudados en el frenes de una ira que peligrosamenteempieza a desplazar a la tristeza inicial. Un beso, s,terrible.