Es literalmente imposible no sentirse reconfortado al escuchar esta breve pieza. Desde el inicio nos sentimos abrazados y acompaados por algo que no podemos explicar. Esta msica religiosa nos envuelve casi sin quererlo y no nos suelta hasta finalizar. El poder de su coro, la meloda que le acompaa, el suave comps de su armona, en fin, todo confabula para hacernos parte de este momento que transcurre muy lentamente frente a nosotros y nos empuja a vernos reflejados en ese hombre de rodillas que escucha la voz de su Dios.