Cuando, despus de casi dos horas, el concierto termina y Markos saca, sutilmente, la bandera de su pas, el pblico se pone de pie. Las chicas se meten en los camerinos improvisados y, al reaparecer, reciben el regalo de un mosquito jarocho de manos de la arpista mexicana, Adriana Cao. Nadie quera que la noche se acabara. Ojal que DakhaBrakha regrese pronto y que sepan que nuestros pensamientos estn con ellos y con su pas tan dramticamente retratado en los conciertos que ofrecen.