Al escuchar esto no puedo evitar pensar en mi padre. Se me hace un nudo en la garganta, quiero llorar, pero me aguanto, porque la historia de mi abuelo, en cierta parte, es la de mi pap que se iba al norte cada seis meses para ir a trabajar y mandarle dinero a mi mam y as tener con qu mantenernos en Mxico. Mi pap comenz a irse por temporadas a California desde que yo nac, hace 26 aos. Nunca supe en qu trabajaba cuando l se iba all. Recuerdo que cuando yo era pequea me dola mucho verlo arreglar sus maletas despus de estar solo seis meses con nosotras, mi mam, mis dos hermanas y yo. Despus de una semana de su ausencia, se me pasaba la tristeza y le seguan las llamadas con l cada domingo, las cuales se convirtieron en una rutina cuando l no estaba. Y as esperbamos otros seis meses a que regresara mi pap con nosotros y nos trajera algn regalo, un peluche o ropa nueva.