Yo podra decir:
la palabra que nutra la verdad de un poema
endurece su magia. Yo podra gritar:
vengan treinta madonas con el pecho espumoso
a lactarle la esencia a la isla en el mar.
No lo digo, no basta.
Yo prefiero decir:
oye, puertorriqueo: cra dientes voraces
en la masa enceflica; alimenta tu vida con papilla
de ideas; enarbola la fantica uncin del yo quiero y
demando, la esclavitud del puedo, la devocin elemental
de debo, el impulse adiestrado del conozco...
Puerto Rico es enano y ser siempre enano en el gran
universo. Rompe la cruz infame en donde crucificas
tu devocon al agro. Hazte duro! Hazte martir!
Muere tu dulce muerte!
Debo decir y yo esto...? Y qu tal si dijera...?