Antes de que la chiquillera se lanzara a mviles y tablets, antes siquiera de la popularidad y existencia misma de plataformas como Steam o GOG, ya proliferaban toneladas de webs donde igual encontrabas viejas roms de NES, pozos de clones desvergonzados, maravillas recnditas o experimentos silenciosos abrindose paso con intencin promocional. Los juegos de navegador en flash eran hace apenas cinco aos el sustrato ideal donde arriesgar, donde exponer nuevas ideas.